Hipertensión arterial
En abril de 1945, el presidente de los Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt dijo: “Siento un terrible dolor en la parte de atrás de la cabeza …” y se desplomó al suelo. Su tensión arterial era de 300/190 mm Hg y a consecuencia de ello sufrió una hemorragia cerebral.
En aquellos tiempos no se le daba la importancia debida a la hipertensión arterial, pero tras la muerte del presidente estadounidense se diseñó un estudio para entender la “epidemiología” de la enfermedad cardiovascular. El estudio se realizó en la ciudad de Framingham, localizada al norte de Massachusetts. El Estudio Framingham marcó un hito en la historia de la medicina y gracias a este surgió el concepto de “factor de riesgo”.
La hipertensión arterial es uno de los problemas sanitarios más relevantes en la actualidad. Puede definirse como una enfermedad, y también como un factor de riesgo para padecer otras enfermedades, principalmente cardiovasculares, al ejercer su efecto sobre los llamados "órganos diana": el corazón, el cerebro y el riñón.
La hipertensión arterial es el factor de riesgo cardiovascular más prevalente en la actualidad, fácilmente identificable y se ha relacionado, entre otros, con la aparición de infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, ictus, disección aórtica, fibrilación auricular y arteriopatía periférica.
¿A partir de qué cifras de presión arterial se considera a una persona como hipertensa?
La definición más extendida de la hipertensión arterial utiliza valores de presión arterial igual o superior a 140/90 mmHg en la medida en el consultorio. También su médico puede utilizar otras clasificaciones según diferentes criterios, ya sea por las cifras de presión arterial, según la etiología (primaria o secundaria), o bien en subtipos concretos (de bata blanca, enmascarada)
¿Puedo medirme la presión en casa o en la farmacia?
Si, pero debes tener en cuenta que la presión arterial se caracteriza por sufrir variaciones importantes en un mismo individuo durante el día, así como entre días diferentes.
Existen tres situaciones o formas de medir la presión arterial:
● La medida en el consultorio por el personal sanitario
● La autodeterminación por el paciente en su domicilio
● La monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA) medida de forma automática durante 24 horas
Para medirte de forma correcta la presión arterial en tu domicilio, solo tienes que seguir unos sencillos pasos:
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Elige un lugar tranquilo y sin mucho frío o calor
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Usa ropa cómoda y que no apriete el brazo
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Si has llegado de la calle, reposa al menos 5 minutos
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No debes haber tomado antes estimulantes como el café o el alcohol
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Debes apoyar el brazo a la altura del corazón
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Permanece quieto y no hables mientras se está tomando
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De poder elegir el aparato para la toma, evita los de muñeca y utiliza preferentemente los de brazo
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Tómate 3 veces la presión. Deja pasar 3 minutos entre cada medida. La segunda y tercera medida son las válidas, pues la primera siempre sale más alta.
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Los mejores momentos para medirte la presión arterial son al levantarte por la mañana o antes de cenar
¿Cuáles son las causas de la hipertensión arterial?
En algunas ocasiones es posible identificar la causa que provoca la hipertensión arterial. Por ejemplo: problemas en las arterias de los riñones, alteraciones endocrinas o apnea del sueño. A este tipo de hipertensión arterial se le llama "secundaria".
En la mayoría de los pacientes no se identifica una causa, sino factores que pueden contribuir a su aparición y es lo que llamamos hipertensión arterial "esencial" o "primaria". Muchos de esos factores de riesgo dependen de ti y del estilo de vida que elijas. Aquí te mencionamos algunos:
Vida sedentaria
Obesidad
Consumo de alcohol
Edad
Fumar
Estar estresado o ansioso
Comer mal y con mucha sal
Antecedentes familiares
¿Cómo sé si soy hipertenso? ¿Qué síntomas provoca?
La mayoría de los pacientes con hipertensión arterial son asintomáticos y es este precisamente el mayor riesgo, pues habitualmente se consulta al médico cuando ya hay lesiones en los órganos diana (corazón, cerebro y riñón). Por eso es tan importante que de forma periódica te tomes la presión arterial.
¿Cuál es el tratamiento?
El objetivo del tratamiento de la hipertensión arterial es mantener unos niveles de presión arterial por debajo de 140/90. Pero debes saber que dichos niveles pueden variar en función de la patología o de características propias del enfermo. Por ejemplo, en pacientes de edad avanzada a veces bajar en exceso la presión arterial puede provocar síntomas como mareos. También, en pacientes diabéticos con cardiopatía isquémica, son deseables cifras más bajas.
Hay dos pilares en el tratamiento de la hipertensión arterial: el tratamiento farmacológico (las pastillas para la estabilizar la presión) y el no farmacológico. Este último tan importante o más, pues puede evitar incluso el inicio de la toma de medicación. ¿En qué consiste? Aquí te ponemos algunos ejemplos:
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Abandono del tabaco: aunque no se ha demostrado un efecto crónico firme del tabaquismo sobre la presión arterial, y el abandono del tabaco no la disminuye, se recomienda a todos los fumadores que abandonen el tabaco, ya que es un factor de riesgo cardiovascular concomitante muy potente.
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Moderación del consumo de alcohol: el consumo excesivo de alcohol se ha asociado con la hipertensión arterial y con enfermedades cardiovasculares y hepáticas.
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Restricción del sodio: lo recomendado es que el aporte de sodio en la dieta sea menos de 5 g/día de cloruro sódico.
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Reducción del peso: existe una clara relación entre el sobrepeso y la obesidad y la presencia de hipertensión arterial.
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Reducir el estrés: evitar las situaciones que lo provocan y practicar técnicas de relajación.
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Realizar actividades físicas: es recomendable una actividad aeróbica al menos 30 minutos al día, cinco días a la semana. Puede ser caminar, subir escaleras, realizar las tareas domésticas de forma activa, ir de compras, montar en bicicleta ...